¿Cuándo duelen más las críticas y los fracasos en el trabajo?

Si sientes que tu trabajo te define, te será más complicado separar tu rol como trabajador del resto de roles en tu vida y es más fácil que te tomes las crítica laborales como algo personal

Una de las condiciones comunes que puedes encontrar en casi cualquier oferta de trabajo es que el futuro empleado sea alguien implicado con lo que hace. Esto significa que esperan de ti que te involucres y que sientas el proyecto como tuyo. Y, aunque esto puede traer de la mano más motivación y productividad, también tiene una cara negativa. Comprometerte con tus tareas hasta esos niveles e invertir en ellas la mayor parte de tu energía puede hacer que se difuminen los límites entre tu yo trabajador y tu yo personal. Es algo que suele sucederle habitualmente a las personas que sienten que su trabajo las define.

Saber cuál es el papel que desempeñas en tu empresa es muy útil porque define cuáles son tus tareas, te ayuda a saber cómo relacionarte con los demás y con la organización. “Pero cuando pones mucho de ti mismo en tu rol (tu experiencia, habilidades, conocimiento, esfuerzo…) sientes que eres más que solo tu puesto. Esto es especialmente cierto cuando no desconectas del trabajo”, explica Tim O’Brien, profesor de política pública en la Harvard Kennedy School. O’Brien comparte en HBR algunas de las ideas que transmite habitualmente a sus alumnos, donde intenta “ayudar a los estudiantes a desenredarse de sus roles para que puedan ser mejores líderes”.

Es habitual que a las personas que tienen dificultad para separar sus roles (eres, por ejemplo, abogado, pero también eres madre, padre, vecino o aficionado a la petanca) les cueste asumir las críticas a su labor. Puedes identificar a estas personas por que cuando se critica alguna de sus tareas se lo toman como algo personal y lo consideran un desprecio a su validez no solo como trabajador sino también en el resto de roles que desempeña. Es decir: si eres abogado y alguien critica la estrategia que has seguido, la opción sana es entender que es solo una cuestión laboral que hay que redefinir. Pero si tienes problemas para delimitar tus roles, probablemente esta crítica también afecte a tu autoestima y perjudique tu desempeño en el ámbito personal. “Este patrón empeora cuando combinas tu papel con la autoestima, pensando que solo eres tan valioso y útil como el papel que desempeñas profesionalmente”, señala O’Brien.

En esa situación, las críticas laborales duelen más porque se entienden como un fracaso personal. “Cuando sucede esto, es posible que olvides que solo es un trabajo y que estás desempeñando un puesto que solo tiene que ver con una parte de tu vida. El trabajador pierde perspectiva y compromete su propia capacidad para recuperarse”, explica O’Brien a sus alumnos. También señala que esto hace que no puedas reflexionar con distancia sobre los desafíos que hay en la organización. Esto debilita tu juicio y hace que sea aún más probable que te tomes las críticas y decisiones personalmente.

Este profesor de ciencias políticas asegura que es fundamental aprender a distinguir y diferenciar nuestros roles en cada uno de los entornos en los que interactuamos diariamente. “Puede ser muy gratificante incluir toda nuestra educación, capacitación, talento y pasión en nuestros roles laborales, pero olvidamos que los compañeros de trabajo están reaccionando a tu yo trabajador, no necesariamente a la persona que eres en otros aspectos de tu vida”.

Tomar perspectiva y restar peso al trabajo como herramienta principal para dar sentido a la existencia es una de las soluciones que proponen los expertos. Es decir, se puede tener un empleo sin un significado trascendental y buscar la realización en otros aspectos de la vida, volcándose con las personas que te rodean o dedicándote a hacer las cosas que te apasionan, que no siempre tienen que ser parte de tu empleo. Pero esta cuestión es compleja de abordar porque, en nuestra cultura, el trabajo todavía define quiénes somos. Cuando conocemos a alguien nuevo, una de las primeras cosas que solemos preguntarle es a qué se dedica. Y le categorizamos dependiendo de la respuesta: hemos unido quién soy con en qué trabajo.

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